Sabes cielo? Cuando te fuiste no me quedó ningún vacío en el corazón, que bah. En realidad, me dejaste empachada de ti. Un gran empacho de besos fresquitos y caricias que te hacer arder cada fibra de la piel. De abrazos que te estrujan los huesos y te quitan el pesar. Llenita de susurros que se quedan en escalofríos y palabras que se te graban en el corazón.
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