Dejamos de hacer las cosas solo por miedo. Por miedo a fracasar, miedo a lo que nos puediera pasar. Miedo a dejar las cosas peor de lo que estaban, o a ponerlas mucho mejor y no saber como llevarlas. Miedo a volar, a sobrepasar las nubes, o quizás a estar en las nubes y derepente dejar de soñar, dejar de volar, de ser feliz. Miedo al amor, o al compromiso. Miedo a vivir, a sentir... Al fin y al cabo, el miedo ya es parte de nuestra vida.
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