sábado, 5 de marzo de 2011



Dio un largo paseo aquella noche. Comprendió que abrirse completamente a otra persona suele conllevar un cierto ingrediente de locura y pensó que era mucho más sencillo estar sola. Sin embargo estar sola conlleva menos alegría, no compartes cama, ni ducha, ni desayuno, ni largas vistas hacia un amanecer.

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